sábado, outubro 06, 2012

2. El héroe y la revolución. 15 octubre 2011, revolución mundial. Un sueño estético de emancipación cultural. Acoplamiento de la realidad individual en la realidad social.

André salió de su condominio con una fuerza inusual, extraordinaria. Atravesó el mercadillo de los sábados en dirección al Metro casi de forma triunfal, como si de una novedosa iluminaria andante se tratara. El día no podría abrirse de otra manera más radiante que con un intenso chaparrón; la previsión era de lluvia para el fin de semana, pero no importaba, así sería más auténtica la propuesta; a base de convivir desde el primer minuto con las inclemencias se fortalecerían los espíritus. Qué grandes expectativas acarreaba André, él solo, a sus espaldas quería encontrar al héroe, tal vez estaría dispuesto a aceptar él mismo el papel, o mejor aún, compartirlo si hubiera muchos héroes brasileños echándose a las calles, luchando como lo hicieron las revoluciones populares auténticas, en oposición de la voluntad burguesa, para obtener la democracia burguesa (Lukács, 121). Quería encontrar a (Según el diccionario de filosofía de Diego Sánchez Meca) aquel que, en virtud de una decisión voluntaria, se aparta de los patrones establecidos y de los convencionalismos sociales para llevar a efecto una posibilidad ideal de la realidad.

El 15 de octubre era la fecha elegida para que echara a andar la revolución global en São Paulo; era un día que ya había nacido en muchas fechas diferentes a lo largo de la breve historia humana. Pero el pensamiento se desbordaba en su posibilidad de acción desde tres o cuatro días antes, en la conciencia de André y de otros muchos más, como él esperaba, gracias a un impactante llamado telemático que posibilitaba la toma de alguna plaza paulistana, en sincronía con acciones similares a lo largo del planeta Tierra. Una acción por la que había esperado tanto tiempo, si se puede decir que cinco meses duran mucho tiempo.

La imagen de la multitud congregada en Sol, Madrid, y después su vírica expansión instantánea al resto de España trajo un nuevo mensaje hasta Brasil; fueron días diferentes, utópicos; desde una experiencia estética “nueva”, se dio la posibilidad de devolverle al ciudadano, y no solo al español sino también al europeo y al universal, el espíritu político que se le ha ido extirpando de su imaginario a base de haber sido convertido en un consumista compulsivo; Sol se había convertido en paradigma. El ciudadano occidental, desde los tiempos de la modernidad transformado en animal social laborante, vive sociabilizado dentro de una repertorialidad hegemónica que, a grandes rasgos, deja dos opciones al ciudadano globalizado: o bien se acopla al sistema, perdiendo toda autonomía en una continua cosificación, lo cual es fácil objetivo para el capitalismo cultural, o bien se convierte en un desacoplado absoluto, sin chance de que sus disposiciones se acoplen a los elementos repertoriales existentes, por ejemplo, muriendo de hambre en algunos casos, o en el mejor de los casos, teniendo que emigrar a nuevos ámbitos de repertorios, adaptando sus disposiciones iniciales con el fin de no perder la autonomía que le permita acoplar la estrategia con la táctica, perfeccionando sus disposiciones a fin de vivir una comprensión operacional de su autonomía desde su propia experiencia concreta, (carácter situado), produciendo lenguajes y cuerpos dispuestos a engendrar nuevas configuraciones (generatividad) en una convergencia de invención y producción que coloque los modos de relación en el centro de gravedad (policontextualidad).

Durante el trayecto en metro, buscó entre los usuarios a otros camaradas que fueran al mismo emplazamiento. Quizás la tensión entre los dos ámbitos, el del acoplado y el del desacoplado, es el lugar adecuado desde donde André pueda encontrar una apariencia, una fisonomía intelectual trágica y heroica en el conjunto de las relaciones que le conectan con el mundo (Lukács, 188). A “investigar las pequeñas gramáticas que organizan nuestra sensibilidad, a desplegar los modos de relación, las capacidades, ingenios, pulsiones que queremos desarrollar, a afirmar aquello que podemos hacer, que somos capaces de pensar y realizar. Modos de relación que son parte de algo compartido, acoplamiento sensible no único en mí sino coincidente con un grupo, “nociones comunes” según Espinoza, por las cuales compartimos gustos y sensibilidades” (web aula).

Nenhum comentário:

Postar um comentário