sábado, julho 05, 2014

Explicaciones del origen social del mal en la obra de los materialistas franceses del siglo XVIII

Preámbulo (En torno a la intervención de Antonio Sánchez en el curso de verano de Ávila titulado El dolor del mundo. Una mirada filosófica)

El hombre absurdo. Gente, el hombre absurdo. José Ingeniero escribía a comienzos del siglo XX sobre el hombre mediocre. A partir de Auswitch, el nihilismo creyente a ciegas en el progreso histórico empapa a una cultura que muestra sus propias lagunas a partir de lo que hay allí, la que se mide por la posible nada del infierno moral.
Comienza todo con el Estado Supranacional que nos dirija hacia una paz perpetua. En lLa historia muchos han sido ajenos al proyecto, como judíos, gitanos, intelectuales polacos o checos... La Modernidad ha devenido tal eficiencia en la maquinaria industrial que los funcionarios nos encargamos de nuestro propio exterminio a través del trabajo. En esto Hitler y Marx coinciden, ( Yo añadiría el Opus Del)...

Analizar las explicaciones del origen social del mal en la obra de los materialistas franceses del siglo XVIII

Se diferencia entre males humanos (leyes de la Naturaleza) y males morales (superstición). Para los materialistas ilustrados la causa de la superstición es la ignorancia de las leyes de la naturaleza. (Esta superstición es usada por los poderes despóticos a fin de someter a los hombres a través del estado de terror, dice Espinoza)



Holbach: (405) La fuente de los males son las ideas falsas que el hombre se hace acerca de la felicidad.

La autoridad de las instituciones conserva y aumenta el mal. Los males físicos provienen de la relación necesaria de las cosas entre sí.

Si las instituciones se están poniendo en cuestión, y con ellas nuestro modo de comportarnos, podríamos vislumbrar que esta segunda cuestión, la de nuestras acciones, nos lleva directamente a nuestra propia contradicción. En la teoría, muchos se llaman “anti-capitalista”, otros se dicen de izquierdas simplemente y maldicen al capitalismo. Pero en la práctica, todos somos capitalistas. Yo puedo no sentirme español, me puede dar igual que un D.N.I diga que soy de un país si entiendo la utopía como el final de los estados nación, incluido al que pertenezco, pero por mucho que lo desee, no puedo dejar de ser español en muchos sentidos. Así como cristiano, así como europeo, así como capitalista. En esta crítica acertada contra el capitalismo, me identifico tanto con el que critica como con el criticado:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=183341 "Ser anticapitalista hoy: una cuestión de sentido común"

Solo llego a la mayoría de edad con el vértigo que produce asomarse a las afueras de estos límites que nos aprisionan, y nos someten, en efecto, porque “los políticos se oponen a los progresos de la moral”. El abismo al que se ve abocada la especie habría de olerse como un motivo de gozo. Por desgracia, la saudade se hace presente antes de que, incluso, llegue la ausencia.

¿Decimos los filósofos que nuestros conciudadanos se hacen ideas falsas acerca de la realidad? Cada uno está tan determinado en cierto modo, que no me atrevo a poner ni un ejemplo de una sola persona de la cual se concluya que es feliz o no lo es. ( La FIB, felicidad interior bruta, es una medida que se usa en algunos ámbitos empresariales) Si este individuo responde con un “más o menos” un martes por la tarde a alguien que le cuestiona por su felicidad, no tenemos la garantía suficiente de que este mismo individuo nos responda de la misma manera el sábado por la noche o el domingo por la tarde o en cualquier otro momento de su vida. Lo más reseñable es que el propio individuo que responde puede no estar seguro de su respuesta, y responda cualquier cosa influenciado por su estado de ánimo en el momento de la respuesta. No hablo de autoengaño, quizás sí cierta ignorancia acerca de la propia felicidad en sí mismo, posiblemente debida al desinterés del mismo individuo por tal cuestión. Es más fácil quizás observar cómo los ciudadanos nos creemos libres porque cada cuatro años votamos y elegimos, o cooptamos, a alguien que ha de representarnos, para después arrepentirnos de nuestro voto o asquearnos de los partidos. Nuestras certezas a la hora de decidir lo que queríamos hacer con nuestras vidas se han quedado en el sobre ya depositado en la urna de la mesa electoral. Por lo que hablo con los demás, me parece que la felicidad no es una cuestión importante. Al menos no lo es hasta el punto de que llegue a cuestionarse como para iniciar un movimiento de cambio. Conozco gente que ha buscado su felicidad y lo cuestiona, todos conoceremos algunos. Pero no puedo decir de muchos que, a pesar de sus malestares, se sientan infelices; a lo mejor no lo demuestran y prefieren quedarse infelices en la ignorancia o la superstición, en la opresión ejercida por los políticos y todo el esquema jurídico-económico que sujeta el pacto social hecho entre estos embaucadores y aquellos mismos infelices. Aquí mismo la frontera entre el embaucador y el infeliz se ha diluido, y yo mismo dentro de ella, un problema añadido a la medición de la felicidad. Quizás el capitalismo cultural haya tenido mucho que ver en este alienamiento anestésico diluido en el que los individuos se conducen. Quien obtenga el conocimiento de la felicidad de los demás, y quien detente la fórmula para aplicársela a los humanos, estará acabando con los mismos.

Terrorífica, al respecto de tal conocimiento es la entrevista de Michiu Kaku, que no tiene reparos en calificar al loco según los movimientos de la parte izquierda y frontal de su cerebro. Me veo muy encasillado en la parte de los que necesitan tratamiento biogenético, ya que se apunta a la sociedad feliz, al advenimiento de otro género dentro de la especie, del cual yo ya no hago parte. Supongo que habréis visto ya la noticia, dejo un enlace del mismo (al que parece faltarle clausulas que el científico siempre adiciona a sus informaciones)

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-04-15/asi-sera-nuestro-futuro-todo-se-controlara-con-la-mente-y-seremos-inmortales_115601/

?Esta persiguiendo este científico reestablecer con la inmortalidad la sana relación que se desvirtuó con el pecado de Adán, aquel que nos hizo humanos, pues mortales, agotados por el trabajo, enfermos.... y con la humanidad, la privación de un estado del que gozariamos si no hubieramos comido del árbol de la ciencia del bien y del mal?

Helvetius: La ignorancia y el interés son el origen de los males del hombre.

Materialismo psicológico y materialismo sociológico. Los políticos se oponen a los progresos de la moral.

Meslier: Las religiones son errores usados por los políticos. Propone un materialismo en el que identifica el ser y la materia, donde “todas las cosas… se constituyen a sí mismas mediante el movimiento de las diversas partes de la materia que se juntan y se modifican diversamente en todos los cuerpos que componen”.